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Nutricosmética sin humo: lo que sí funciona contra la flacidez facial (y lo que no)

6 min

Nutricosmética: ¿funciona o se trata de otro mito con buen marketing?

La promesa es tentadora: una cápsula al día para una piel más firme, luminosa y joven. Pero ¿es esto realmente posible o solo otro eslogan vacío que se suma a la larga lista de promesas cosméticas que terminan en decepción?


La nutricosmética se ha convertido en uno de los segmentos más polémicos del mundo beauty. Mientras unas juran que les ha cambiado la piel, otras aseguran que no sirve para nada. Y en medio de ese ruido, muchas mujeres nos sentimos frustradas porque no sabemos en qué, ni en quién confiar.

Entender qué es lo que realmente hay detrás de esos productos, separar ciencia de humo, y usar la nutricosmética como parte de una estrategia realista y efectiva para uno de los mayores “pain points” del rostro maduro: la flacidez facial.

De la mano de Enrique Guirado, experto en suplementación, farmacéutico y nutricionista, repasamos las claves de la nutricosmética, sus beneficios y cómo debería estar formulada para que sea efectiva.

¿Qué es y qué no es la nutricosmética?

La nutricosmética no es un milagro. Es ciencia nutricional aplicada a la piel, el cabello y las uñas. Son suplementos orales (en cápsulas, sobres, líquidos o incluso gominolas) que contienen nutrientes con efecto demostrado sobre la salud y apariencia de los tejidos.

Su función es actuar desde dentro para nutrir las capas más profundas de la piel —esas a las que las cremas no llegan— y potenciar procesos fisiológicos como la síntesis de colágeno, la protección frente al estrés oxidativo o la regeneración celular.

No es lo mismo que tomar vitaminas sin más. La nutricosmética utiliza combinaciones específicas de nutrientes en dosis precisas y, en los mejores casos, con estudios clínicos que avalan sus efectos. Por eso no vale cualquier multivitamínico, ni cualquier cápsula que encuentres hará maravillas.

Es importante saber que no todos los productos del mercado son iguales. Para despejar estas dudas y más, hemos consultado también con expertos de Solgar®, marca reconocida internacionalmente por su experiencia y conocimiento de las relaciones entre la naturaleza, la nutrición y la salud.

La flacidez facial

Una piel más fina, menos elástica, que parece que “cae”. La flacidez facial es uno de los signos del paso del tiempo que más nos incomoda a las mujeres a partir de los 40 (y especialmente en la perimenopausia y la menopausia).

Y no es solo una cuestión de arrugas. La flacidez tiene que ver con la pérdida de colágeno y elastina, pero también con cambios en la estructura ósea, en los músculos profundos del rostro y en la distribución de la grasa facial.
El gran problema es que muchas veces nos limitamos a usar cremas o tratamientos externos, cuando el origen de esta pérdida de firmeza está también relacionado con nuestro interior.

Ahí es donde la nutricosmética puede jugar un papel clave: nutriendo desde el interior las capas más profundas de la dermis y ayudando a sostener esa arquitectura invisible del rostro.

Ingredientes que sí tienen ciencia (y resultados)

No todo vale. Pero hay ingredientes que sí han demostrado eficacia en estudios clínicos, especialmente cuando se trata de mejorar la firmeza, densidad y elasticidad de la piel:

Elegir un buen nutricosmético es, muchas veces, como navegar en un mar de promesas. Aquí algunos criterios clave a tener en cuenta:

Dosis eficaces: que un ingrediente esté en el listado no significa que esté en cantidad suficiente. Por ejemplo, 100 mg de colágeno no sirven de nada. Busca productos con dosis acorde a la evidencia científica.
Formulaciones con patentes: como BioCell Collagen ll®. Estos ingredientes han sido testeados en humanos y ofrecen resultados clínicos concretos.

Biodisponibilidad: es decir, que el cuerpo lo pueda absorber y utilizar. No es lo mismo ácido hialurónico a secas que uno de bajo peso molecular con tecnología de absorción mejorada.
Sinergia de ingredientes: los activos funcionan mejor juntos. Por ejemplo, colágeno + vitamina C + ácido hialurónico es un combo ganador. (1*)

Y si tienes dudas, consulta con profesionales de la salud. Ellos pueden ayudarte a descifrar qué fórmula realmente vale la pena.

¿Qué esperar y cuánto tarda en hacer efecto?

La nutricosmética no es mágica ni inmediata, pero puede ser muy efectiva cuando se le da tiempo y constancia. En general los estudios clínicos que valoran estos ingredientes suelen tener una duración de al menos 12 semanas.

Lo que puedes esperar:
• Más firmeza en el óvalo facial.
• Piel más elástica, con menos sensación de “descolgamiento”.
• Aumento en la luminosidad y textura de la piel.

La clave está en entender que esto es un trabajo de fondo, no un filtro exprés. Y que la constancia es tan importante como la calidad del producto.

¿Para quién sí, para quién no?

La nutricosmética está especialmente indicada para:

• Mujeres a partir de los 35-40 años que empiezan a notar pérdida de firmeza.
• Personas con estilos de vida que desgastan la piel (desgaste físico, deporte, estrés, poco sueño, mala alimentación, exposición solar).
• Quienes ya cuidan su piel tópicamente y buscan un refuerzo interno realista y efectivo.

No está recomendada para:

• Quienes esperan resultados inmediatos o milagrosos.
• Quienes no están dispuestas a mantener la toma diaria durante al menos 3 meses.
• Mujeres embarazadas, en periodo de lactancia o personas que tienen problemas de salud o toman medicación de forma crónica. En estos casos, siempre es aconsejable consultar con un profesional sanitario antes de la toma de cualquier producto.

Nutricosmética como parte de una estrategia 360° para el rostro

La cápsula no lo es todo. Para combatir la flacidez de forma realista, lo ideal es integrar la nutricosmética en una rutina más amplia que considere ciertos hábitos saludables como:
Alimentación rica en proteína y antioxidantes.
Masajes y yoga faciales: para trabajar el tono muscular y ponerlo en marcha.
Ejercicio físico: que mejore la oxigenación y el tono de los tejidos.
Rutina cosmética bien elegida (recuerda siempre buenos ingredientes) y constante.
• Y, si hace falta, técnicas de medicina estética no invasiva que estimulen la producción de colágeno (radiofrecuencia, bioestimulación, etc.). Te hemos hablado en ocasiones de este tipo de tratamientos que pueden complementar tu cuidado facial.

Para nosotras la belleza y el cuidado facial está en la combinación inteligente de herramientas, no en el todo o nada. No existen los milagros ni las varitas mágicas que devuelvan a nuestro rostro la elasticidad de cuando teníamos 25 años.

Conclusión: Nutricosmética sí, pero con criterio

La nutricosmética no es humo... si sabes elegir bien. Como te decíamos, tampoco es magia, ni sustituye el autocuidado o a los hábitos saludables. Pero puede ser una gran aliada sobre todo contra esa flacidez que tanto vemos cuando nos miramos al espejo.

Nuestros expertos y los de Solgar® lo tienen claro: es eficaz y funciona cuando se basa en ciencia, se formula con criterio y se toma con constancia.

La verdadera revolución beauty ya no está solo en el neceser, sino también en lo que metemos dentro del cuerpo. Y, como siempre, informarse es el primer paso para decidir y acertar.
Los complementos alimenticios no deben utilizarse como sustitutos de una dieta equilibrada y variada y un estilo de vida saludable.

• (1*) La vitamina C contribuye a la formación normal de colágeno para el mantenimiento de la piel en condiciones normales.
• (2*) El selenio y cobre contribuyen a la protección de las células frente al daño oxidativo.
• (3*) El zinc contribuye al mantenimiento de la piel en condiciones normales.

Nutricosmética sin humo: lo que sí funciona contra la flacidez facial (y lo que no)
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