Sequedad vaginal

Los fitoestrógenos y los betacarotenos, puedes encontrarlos en las manzanas, las semillas de lino, el hinojo, el ginseng, las nueces, la soja, el apio, la alfalfa y los granos enteros.

Son una buena solución gracias a su base de agua que imita la humedad natural de la vagina. Estos productos no son lubricantes, a no ser que cumplan una doble función. Es importante que los productos de lavado vulvar, no vaginal, respeten tu ph, como los que incluyen ácido láctico, bacteriostático.

No hay razón (ni necesidad) para dejar de disfrutar el sexo. Probablemente sea buena idea comenzar a usar un lubricante cuando tengas relaciones. Los que tienen base de aceite pueden ser más efectivos (aunque pueden hacer que los condones sean menos efectivos). También puedes comprar lubricantes a base de agua y silicona. Evita los lubricantes con químicos o perfumes ya que pueden causar más irritación.

Consulta con tu médico si el estrógeno aplicado localmente (insertado en la vagina) puede ayudar a tu cuerpo a volver a crear su propia lubricación. Esto puede venir en forma de crema, tableta o anillo.

Lavarse con agua tibia es suficiente pero si sientes que necesitas algún tipo de gel de baño, elige una opción sin jabón especialmente formulada para mujeres en la menopausia. Evita los jabones fuertes y perfumados que eliminan las bacterias buenas y alteran el delicado equilibrio del ph vaginal. Cuando los jabones se secan, resecan aún más la zona vaginal.

Habla con tus amigas, con tu médico y por supuesto con tu pareja. Este síntoma impacta en tu relación y hay diferentes alternativas para solucionarlo. Lo importante es contarlo.

Somos muy pesadas con este tema, pero fumar viene mal para todo. El tabaquismo obstaculiza la producción de estrógeno en el cuerpo.

Bebe más agua y otros líquidos y evita el consumo excesivo de las sustancias deshidratantes como los antihistamínicos y la cafeína.