Trastornos de pánico

Los ataques de pánico se parecen a tu periodo en que los sientes venir. Si uno se acerca, concéntrate mucho en respirar lentamente. Cuenta hasta cinco mientras inhalas por la nariz y luego hasta cinco mientras exhalas por la boca. Una vez que domines estos tiempos, sube el tiempo de respiración.

Cierra los ojos e imagínate en un lugar que te relaja (similar a la visualización que se hace durante la medicación) o huele un aroma fuerte (por ejemplo un spray de lavanda) para que sea más fácil visualizarte en ese lugar.

Encuentra y nombra en alto 5 cosas que puedes ver, 4 cosas que puedes tocar, 3 cosas que puedes oír, 2 cosas que puedes oler y 1 cosa que puedes saborear.

La cafeína es un estimulante que puede aumentar la frecuencia cardíaca, la presión arterial y la liberación de hormonas del estrés como el cortisol y la adrenalina. Estos cambios fisiológicos pueden provocar sentimientos de ansiedad y desencadenar ataques de pánico. Prueba refrescos sin cafeína como aguas de calabaza y té de hierbas.

Es un tipo de terapia de conversación que puede ayudarte a aprender a controlar tus pensamientos y sentimientos. Puede ser particularmente útil para controlar los ataques de pánico durante la menopausia. Esto también te puede ayudar a identificar qué situaciones o actividades causan un ataque de pánico, con tiempo te da herramientas para enfrentarte a esas situaciones pero hasta entonces, si es posible trata de evadirlas.

La Terapia de Reemplazo Hormonal puede ayudar a contrarrestar la caída de estrógenos pero cada menopausia es única así que consulta a tu médico si es una buena alternativa para ti.

Tener la boca seca puede asustarte y ser el comienzo de un ataque de pánico.