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Hábito 6: No olvides la fibra porque tu microbiota lo necesita (al menos 30 gramos al día)

8 min

Dentro de ti vive un pequeño universo: trillones de bacterias que forman tu microbiota intestinal. Cuando están bien alimentadas, fabrican vitaminas, refuerzan tus defensas, regulan tu apetito y hasta influyen en tu estado de ánimo. ¿Su comida favorita? La fibra.

El problema es que la dieta moderna —pan blanco, snacks procesados, frutas sin piel, zumos en lugar de piezas enteras— ha desplomado nuestro consumo de fibra. En España la ingesta media ronda 18 g al día, cuando la meta mínima son 25-30 g y, para mimar tu microbiota, mejor apuntar a 30g diarias. Esa carencia explica dolores de tripa, hinchazón, estreñimiento crónico, antojos de azúcar y cierta “niebla mental” que aparece cuando tu intestino protesta.

Subir tu fibra no significa comer salvado a cucharadas. Basta con priorizar alimentos reales y aplicar unos trucos de distribución a lo largo del día.

Tu digestión, metabolismo, defensas, e incluso, tu ánimo lo notarán en unas pocas semanas.

Mucho más que digestión: beneficios de la fibra para tu salud

Seguro has oído que “la fibra es buena para la digestión”, ¡y es verdad!

Pero sus beneficios van mucho más allá de evitar el estreñimiento.

Incorporar al menos 30 g de fibra al día puede transformar positivamente tu organismo de varias maneras.

Beneficio 1

📌 Digestión eficiente y adiós al estreñimiento

La fibra añade volumen a las heces y acelera el tránsito intestinal, lo que ayuda a prevenir el estreñimiento y la hinchazón.
Beneficio 2

📌 Saciedad y control de peso

La fibra llena tu estómago con pocas calorías. Así te sientes satisfecha durante horas y evitas atracones o antojos de dulce.

La fibra soluble, además, forma un gel que frena la entrada de azúcares y grasas en la sangre, mantiene la energía estable y reduce los picos de insulina (la hormona que almacena grasa).

Los estudios muestran que, con más fibra, es más fácil mantener un peso saludable o incluso perderlo.
Beneficio 3

📌 Energía constante y menos antojos

La fibra mantiene estable el azúcar en tu sangre, de modo que evitas los “subidones y bajones” de energía.

Con el azúcar controlado, tu vitalidad se mantiene pareja y los antojos repentinos disminuyen. En otras palabras, la fibra funciona como un amortiguador que equilibra tu combustible interno, evita el cansancio repentino y te da energía sostenida durante todo el día.
Beneficio 4

📌 Salud cardiovascular

Varios tipos de fibra, especialmente la fibra soluble (de la avena, las manzanas, las zanahorias o las legumbres) “atrapa” parte del colesterol malo en el intestino y lo ayuda a salir del cuerpo. Entonces el hígado toma más colesterol de la sangre para reponerlo, lo que baja tus niveles totales.

Comer suficiente fibra, por tanto, protege tus arterias y reduce el riesgo de problemas de corazón a largo plazo.
Beneficio 5

📌 Defensas más fuertes y bienestar general

Gran parte de tus células de defensa vive en el intestino. Si alimentas a tus “bacterias buenas” con fibra, creas una microbiota fuerte que actúa como escudo contra los gérmenes. Eso se traduce en menos infecciones y un sistema inmune más ágil.

Además, un intestino en equilibrio produce sustancias que mejoran el ánimo y reducen la inflamación del cuerpo.

En pocas palabras: más fibra significa más salud y mejor humor.

Cómo incorporar más fibra en tu día a día

¡Manos a la obra!

A continuación, te compartimos consejos prácticos para aumentar tu ingesta de fibra
sin complicaciones. Verás que no se trata de hacer una dieta extraña, sino de
pequeños cambios y hábitos que marcan una gran diferencia.

La fibra es el “superalimento” olvidado: barata, disponible todo el año y respaldada por montones de estudios.

Al darle a tu microbiota esos 30 gramos diarios, estás invirtiendo en digestión ligera, energía estable y un sistema inmune que rinde al máximo.
¡A por esos 30 gramos de fibra diarios y a disfrutar de una microbiota feliz!

Descarga aquí tu guía ilustrada de alimentos altos en fibra

Hábito 6: No olvides la fibra porque tu microbiota lo necesita (al menos 30 gramos al día)