0 comentarios
No es un secreto: las hormonas bioidénticas están revolucionando el mundo del bienestar de las mujeres durante la menopausia. Pero ¿qué son realmente y en qué se diferencian de las tradicionales?
No es un secreto: las hormonas bioidénticas están revolucionando el mundo del bienestar de las mujeres durante la menopausia. Pero ¿qué son realmente y en qué se diferencian de las tradicionales?
Hay mucha confusión alrededor de las hormonas bioidénticas y de su uso. Uno de los errores más comunes es creer que las hormonas bioidénticas son únicamente los pellets. PERO ATENCIÓN: Los pellets no son la única opción de hormonas bioidénticas. De hecho, en este artículo te lo explicaremos todo con detalle. Y para ello hemos acudido a nuestra gran experta y referente en sexología y ginecología regenerativa, la Doctora Bárbara Fernández del Bas.
Estos son medicamentos que han recibido la aprobación de la Administración de Alimentos y Medicamentos de Estados Unidos (FDA, por sus siglas en inglés). Al estar regulados por la FDA, se garantiza que cumplen con estrictos estándares de calidad y seguridad, lo que asegura que cada dosis sea uniforme y confiable.
Estos se preparan en farmacias especializadas que siguen la normativa vigente y aseguran estándares de calidad, siguiendo las indicaciones específicas de un médico. Suelen incluir una combinación de una o varias hormonas. Aunque los ingredientes utilizados en estos compuestos cuentan con la aprobación de la FDA, el producto final no está aún regulado. Esto significa que la calidad puede variar, y la dosis podría no ser consistente en cada lote, siendo imprescindible su elaboración en farmacias específicas de formulación magistral. Los pellets se suelen producir con fórmulas estandarizadas, pero también pueden personalizarse en algunos casos. Están compuestos de hormonas bioidénticas, como el estradiol, la progesterona, la testosterona y el anastrozol, que se derivan de fuentes naturales como por ejemplo la soya o el ñame, que se utilizan en este proceso de forma más frecuente.
La terapia de reemplazo hormonal o terapia hormonal de la menopausia (THM) con hormonas bioidénticas es un tratamiento que usa hormonas químicamente idénticas a las nuestras y derivadas de fuentes vegetales. Está recomendado para aliviar los síntomas propios de la menopausia y perimenopausia. Y es un tratamiento médico que implica usar hormonas para reemplazar las que el cuerpo femenino deja de producir con la edad y, sobre todo, por la menopausia.
Entre las hormonas bioidénticas utilizadas en esta terapia están el estradiol, la progesterona, la testosterona y el anastrozol. Dichas hormonas están procesadas para que su estructura molecular sea idéntica a las hormonas humanas.
A continuación, presentamos algunos beneficios adicionales, más allá del alivio de los síntomas, pero que NO SON EXCLUSIVOS de las hormonas bioidénticas:
Las hormonas, especialmente el estrógeno, juegan un papel crucial en la preservación de la densidad ósea. La terapia hormonal puede reducir el riesgo de osteoporosis y fracturas en mujeres postmenopáusicas.
Muchas mujeres reportan una mejora en la calidad de vida general, incluyendo mejoría en el estado de ánimo, aumento de la energía, y una mayor sensación de bienestar.
Algunos estudios sugieren que la terapia hormonal iniciada en mujeres en los primeros años después de la menopausia puede tener un efecto protector sobre el corazón, aunque este beneficio debe sopesarse frente a los riesgos potenciales.
Existe alguna evidencia de que la terapia hormonal puede tener un efecto positivo en la preservación de la memoria y otras funciones cognitivas en mujeres menopáusicas, aunque este tema aún está bajo investigación.
Un reciente estudio propone estrategias de prevención y tratamiento de los dolores musculoesqueléticos que pueden aparecer en la menopausia y que se podrían aliviar o mejorar con terapia hormonal.
La terapia hormonal puede mejorar significativamente el síndrome genitourinario de la menopausia al aliviar síntomas como la sequedad vaginal, la irritación o la atrofia vulvovaginal. Al restaurar los niveles hormonales, especialmente de estrógeno, se mejora la salud de los tejidos vaginales y urinarios, reduciendo el dolor y mejorando nuestra calidad de vida significativamente.
La principal diferencia entre las hormonas sintéticas y las hormonas bioidénticas es la precisión de la composición y la estructura molecular. Las hormonas bioidénticas replican la estructura molecular exacta de las hormonas producidas naturalmente por nuestro cuerpo (estrógeno, testosterona, progesterona, etc.).
A continuación, te explicamos en detalle por qué algunas organizaciones (la AEEM y la NAMS entre otras) los desaconsejan.
Muchos pellets hormonales son producidos en farmacias de compounding (farmacias magistrales) y no están sujetos a la misma regulación estricta que los productos farmacéuticos aprobados por organismos como la FDA (Administración de Alimentos y Medicamentos de EE. UU.) o la EMA (Agencia Europea de Medicamentos). Esto significa que la calidad, pureza y dosificación de estos productos pueden variar, lo que aumenta el riesgo de efectos secundarios adversos.
Los pellets liberan hormonas de manera continua durante meses. Si la dosis inicial es demasiado alta o si el cuerpo del paciente no metaboliza la hormona como se esperaba, puede haber una sobredosis. Esto puede resultar en síntomas graves como cambios de humor, acné, crecimiento excesivo del vello, o aumento del riesgo de enfermedades cardiovasculares.
Una vez que un pellet se inserta, es difícil ajustar la dosis si se experimentan efectos secundarios. A diferencia de otras formas de terapia hormonal (como parches, geles o cremas), que pueden ser modificadas o suspendidas fácilmente, los pellets nunca se extraen porque quedan perdidos en las capas transdérmicas.
Aunque los pellets se promueven como una forma "natural" de terapia hormonal, la evidencia científica que respalda su seguridad y eficacia a largo plazo es limitada. Muchos estudios sobre la terapia de reemplazo hormonal no incluyen a los pellets, por lo que los beneficios y riesgos específicos de este método no están bien documentados aún.
Estas preocupaciones han llevado a varias organizaciones de salud a desaconsejar su uso en favor de otros métodos más seguros y regulados de la terapia hormonal de la menopausia (THM).
0 comentarios