Los ultraprocesados son preparaciones industriales comestibles que están elaboradas a partir de sustancias derivadas de otros alimentos. Suelen tener listas interminables de ingredientes y entre ellos se encuentran materias primas muy refinadas: azúcares, harinas, grasas, sal, aditivos, edulcorantes, colorantes, emulsiones, potenciadores del sabor, etc.
Según la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), los productos ultraprocesados contienen ingredientes "nunca o rara vez utilizados en la cocina casera o industrial", o "clases de aditivos cuya función es hacer que el producto final sea agradable y placentero al paladar o más atractivo". A esto hay que añadir que también son productos adictivos, ya que contienen sustancias que liberan dopamina al ingerirlos, lo que hace que el cerebro cree un placer cuando los consume y que recurre a ellos cuando necesita ese "chute" de energía o dopamina.
Además, los procedimientos de preparación y elaboración que tienen esos productos son tan perjudiciales o incluso más que los ingredientes: fritura, refinación, hidrólisis de proteínas, hidrogenación, extrusión de harinas y cereales, etc.
Estos procesos eliminan nutrientes importantes como la fibra, el hierro y las vitaminas del grupo B. ¿Y por qué se hace de esta forma? Hay dos razones principales: en primer lugar, para que el producto final tenga una textura más suave y placentera al paladar por las sustancias que contiene, y, en segundo lugar, para prolongar la vida útil del producto resultante.