0 comentarios
Poco se habla de las endorfinas que se generan cuando estamos a puntito de saborear un desayuno de esos que llaman “de reyes”. Bueno, en nuestro caso, “de reinas”. Y si encima ese desayuno te lo has preparado tú, entonces no te queremos contar el orgullo que te invade… Vamos, que no te puede saber más a gloria
¿O no?