
Hay momentos en los que no te reconoces: el cuerpo cambia, la mente se nubla y la energía se escurre entre listas de tareas. Sientes que avanzas con el freno de mano puesto y te preguntas, quizá en silencio, ¿qué me está pasando? No es debilidad ni locura: es la voz de tu cerebro pidiéndote atención y entrenamiento. Porque sí: tu mente también se entrena. Y ese es el principio del Neurofitness.