SIN REGLAS - THE MAGAZINE

El mejor plan post-verano: vuelve a tu ritmo, pero vuelve

10 min

Empieza con algo. Y luego sigue.

Septiembre marca el gran retorno: vuelve el despertador, los horarios, el intento de comer mejor. Y también el runrún de “tengo que compensar”. Pero no, no tienes que compensar nada. El verano era para disfrutar, y lo hiciste. Fin de la historia.

Ahora toca volver a tus hábitos. Pero hazlo bien: sin culpas, sin prisas, sin querer abarcarlo todo… y sin caer, otra vez, en la trampa de la perfección.

No necesitas un plan extremo ni machacarte con rutinas imposibles. Solo volver, poco a poco, a lo que te sienta bien y puedas sostener sin odiarlo a los tres días.
Porque no se trata de hacerlo perfecto. Se trata de hacerlo posible. Y que dure.

El famoso bajón post-vacacional existe

Y muchas volvemos un poco apagadas.

El cuerpo y la cabeza necesitan reajustarse, y eso no pasa en 24 horas. Volver al ritmo de antes lleva su tiempo.

La clave está en no forzarlo: que el plan se adapte a ti, no tú al plan. Que sea fácil, realista, y lo suficientemente sólido como para aguantar más de una semana.

Da igual si un día fallas. Lo importante es seguir.

No conviertas septiembre en una carrera absurda. Estás aquí para recuperar tu energía, no para agotarte antes de empezar.

La perfección no es sostenible. La constancia, sí.

Es tentador intentar hacerlo todo impecable: dieta perfecta, ejercicio diario, cero azúcar. Pero ya sabes cómo acaba esa historia.

La perfección no aguanta la vida real: es exigente, frustrante y se rompe al primer fallo.

Lo que de verdad sirve no tiene que ser heroico ni extremo. Es más simple: elegir lo que funciona y repetirlo en el tiempo. Porque la constancia vale más que cualquier semana de esfuerzos sobrehumanos que acabas abandonando.
¿De qué sirve entrenar siete días seguidos en septiembre si en octubre no pisas el gimnasio? Es mucho mejor moverte tres días a la semana y seguir haciéndolo, que agobiarte con objetivos imposibles.

Además, perseguir obsesivamente la perfección no solo es agotador: está demostrado que genera estrés, ansiedad y cansancio mental. Justo lo contrario a lo que buscas cuando intentas recuperar una buena rutina.

Lo que realmente marca la diferencia es cambiar el chip: entender que el progreso nace de pequeñas acciones repetidas con regularidad. Da igual si algún día no cumples al 100%; eso no borra todo lo que ya has conseguido. Lo importante es que, cuando ese día llegue, no tires la toalla. Que pase lo que pase, sigas adelante.

Como dice el refrán, «los hábitos no van de perfección, van de repetición». Y está claro: al final lo que cuenta no es hacerlo perfecto, sino hacerlo siempre.
Para entender por qué la constancia siempre pesa más que esos momentos en los que no cumples al 100%, imagina esta escena:

Sobre una mesa hay dos urnas transparentes y un montón de bolitas de dos colores distintos. Una urna será para las acciones que te acercan a tus objetivos (salir a caminar, elegir una comida equilibrada, acostarte a la hora que has puesto en la alarma…), y la otra será para esos momentos en los que no cumples del todo (saltarte el entrenamien-to, elegir ese dulce extra, trasnochar viendo Netflix…).

Cada vez que haces algo alineado con tus buenos hábitos, depositas una bolita en la urna positiva. Cuando tienes un momento menos bueno, añades una bolita en la otra urna. ¿Qué crees que pasa con el tiempo si mantienes una actitud constante?

¡Exacto!

La urna de buenos hábitos se llena, mientras que la de momentos no cumplidos apenas tiene unas cuantas bolitas sueltas. Esta imagen visual es clara: importa la tendencia general, no las excepciones puntuales.

Unos pocos momentos en los que no cumples al 100% no pueden borrar todos tus aciertos acumulados. Al contrario, esos momentos simplemente indican que eres una persona de carne y hueso.

La lección que nos deja este ejercicio es clara y sencilla: si colocas unas pocas bolitas en la urna menos deseable, no tires la toalla ni pienses "ya está, he fallado". Porque lo que realmente cuenta no es hacer todo impecable, es seguir llenando de bolitas la urna correcta. Y, si eres constante, esa urna, a la larga, siempre gana.

Claves prácticas para retomar tus hábitos con éxito

Ahora que sabemos que lo importante es la constancia y no la perfección, ¿cómo llevar esto a tu día a día de forma práctica y sostenible? Te damos claves reales y efectivas para que esta vez sí lo logres:

La vuelta a la rutina tras el verano es un reto, sí, pero también una oportunidad para emocionarte.

Septiembre es el momento perfecto para recuperar la energía, retomar hábitos que te hagan sentir bien y disfrutar de una vida equilibrada y realista. No estás aquí para hacer malabares imposibles, sino para construir un día a día que disfrutes, donde cada pequeño paso cuente.

Porque, como hemos visto, ser constante no es cuestión de perfección, sino de perseverancia. Así que toma aire, sonríe y adelante. Este septiembre, y todos los que vienen, son tuyos.
El mejor plan post-verano: vuelve a tu ritmo, pero vuelve
A por más