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Cuando comenzamos a hacer ejercicio en esta nueva etapa, es fundamental hacerlo de la forma más adaptada a nuestras necesidades. Y muchas veces empezamos haciendo ejercicio y casi es peor el remedio que la enfermedad. Comienzan a dolernos las rodillas, las caderas, la zona de nuestro bajo vientre…
Todo por ese impacto que generamos al hacer ejercicio, que, si no estamos acostumbradas y no tenemos la musculatura al día puede acarrearnos problemas en las articulaciones o en el suelo pélvico. De hecho, si sufrimos algo de osteoporosis, es peligroso someter nuestros huesos y articulaciones a demasiado impacto de golpe.
Cuando comenzamos con la menopausia, nuestra densidad ósea comienza a disminuir. De hecho perdemos entre un 1-2,5% de masa ósea al año y una de cada cinco mujeres de más de 45 años tiene algún grado de afectación osteoarticular.
Es un síntoma muy común en la menopausia al que hay tratar con cuidado con nuestro ejercicio y alimentación.
Por eso, buscando soluciones que den resultado, en la clínica Valle 36 nos hablaron del ejercicio bajo el agua, lo que comúnmente conocemos como Aquagym. Con esto conseguimos quitar todo impacto en nuestro cuerpo, y con ello, sus consecuencias.
Lo bueno de hacer ejercicio bajo el agua es que podemos trabajar por niveles de forma personalizada, aumentando o disminuyendo la resistencia y consiguiendo el objetivo final. Ganar fuerza y masa muscular, que tan importante es para la menopausia. Además de esta manera conseguimos hacer ejercicio cardiovascular y de fuerza sin dañar nuestro suelo pélvico.
Porque ahora que llega el buen tiempo, ¿a quién no le apetece un chapuzón?
