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Healthy Keto: la nueva versión de la dieta cetogénica

6 min

Desde que somos pequeñas ya en el colegio nos enseñaron la pirámide de la alimentación, donde la base eran los carbohidratos, pero no las verduras y las frutas, sino los cereales.

Esto nos ha llevado a tener una herencia de hábitos alimentarios poco saludables, pues una dieta basada en azucares no es la mejor opción, ni para niños ni para adultos. Debido a estos hábitos de alimentación, sumado a la vida sedentaria, aparecieron esas enfermedades como la diabetes tipo 2 o el alzhéimer.

Constantemente se ha investigado sobre los efectos de la alimentación en nuestra calidad de vida. Así fue como el Doctor Wilder de la Clínica Mayo creó la dieta cetogénica para tratar la epilepsia en niños hace ya casi 100 años. Investigaciones posteriores la recomendaron para tratar problemas de pérdida de peso.

Los cuerpos cetosos
Esta dieta se centra en la reducción de carbohidratos, reemplazándolos con grasas, lo que provoca que el cuerpo entre en un estado metabólico llamado cetosis. En la cetosis, lo que hace nuestro organismo es utilizar la grasa como fuente de energía en vez de los azucares. Y, al no tener tanta glucosa en nuestra dieta, nuestro organismo no produce esas cantidades de insulina. Lo que nos lleva a dos escenarios:

El primero es que, al no tener los carbohidratos como base de la alimentación, no tenemos esos picos de producción de insulina. Y gracias a que no tenemos esos picos de azúcar, llegamos al segundo escenario, donde nuestro cuerpo al no producir esa resaca post-glucosa, no se genera tanta grasa en el organismo, por lo que no la acumula.
¿Y en la menopausia?
Con la menopausia llega la caída de nuestros estrógenos. Esto produce que nuestro metabolismo se vuelva más lento y tienda a acumular más grasas todavía. Si no cuidamos la ingesta de azúcares, tendremos más picos de glucosa, donde se produce más insulina para remediarlo, lo que nos llevará a crear y acumular más grasa. Y ya no solo la acumulación de grasa es peligrosa, sino también la aparición de esa diabetes tipo 2 que mencionábamos y otras enfermedades.

Hasta aquí parece que nuestra menopausia ha encontrado su aliado perfecto para mantener el cúmulo de grasa a raya. El problema con la dieta keto es que es muy restrictiva con muchos alimentos, y que no a todas nos puede beneficiar. De hecho, si sufres alguna de estas dolencias, debes de consultarlos siempre antes con tu médico o especialista:

• Diabetes tipo I.
• Enfermedades renales.
• Enfermedades hepáticas.
• Personas con trastornos alimentarios.
• Mujeres embarazadas o lactantes.
• Personas con problemas de tiroides.
• Personas con problemas de salud, es importante que lo consulten con su médico para ver si es compatible.
Como te mencionábamos, en la dieta cetogénica se restringen ciertas frutas y verduras, que, si no es por alguna condición médica, debemos de tener variedad de estas para tener multitud de minerales, vitaminas y nutrientes. Y algo que restringe tanto puede llevarnos a tener déficits si no lo hacemos correctamente y bajo la supervisión de un profesional.

La cuestión es que con la menopausia hay ciertos alimentos que necesitamos como las legumbres, variedad de verduras, fibra, etc. Y como todo, la propia dieta cetogénica ha evolucionado y ya no debe de ser tan restrictiva, pues ya sabemos que un pan blanco industrial produce una mayor respuesta de insulina que un pan de masa madre 100% integral.
La versión 2.0
La propia institución de donde nació la dieta cetogénica explica que los carbohidratos no deben de ser tus enemigos, si no que se deben de consumir. Primero en equilibrio con el resto de alimentos sin ser el protagonista del plato. Y segundo, tienen que ser de buena calidad, nada de productos industriales y ultra procesados.

Si tenemos una dieta muy restrictiva, como era la dieta keto original, es muy complicado que podamos mantenerla en un largo plazo. Y lo que necesitamos son estilos de vida saludables que sean sostenibles en el tiempo.

Por eso la dieta keto ha evolucionado desde sus orígenes para ser la versión healthy keto, donde se recalcan varios aspectos:

Primero es el tipo de grasas, donde tiene que haber una mayor variedad y no todas de origen animal como carnes muy grasas, mantequilla o quesos. Debe de haber también un gran porcentaje de grasas de buena calidad tipo aguacates, aceite de oliva virgen extra, pescados azules como la caballa o el salmón, nueces y semillas.

Segundo, aunque la versión healthy keto mantiene los niveles de carbohidratos bajos, sí nos deja consumir alimentos como legumbres, cereales integrales, buenas frutas y verduras como frambuesas, arándanos, patatas enfriadas, brócoli, coliflor, etc.

Este nuevo enfoque de este tipo de dietas sí nos da cabida para cuidar nuestro cuerpo durante la menopausia. Necesitamos fibra, antioxidantes, proteínas de calidad, etc. Y esta nueva versión nos da la oportunidad de que nos sea más fácil de mantener en el tiempo y no perder esos nutrientes que necesitamos.

Además, esta dieta no solo es buena para nuestro control de peso, sino que también tiene otros beneficios.

Por último, solo mencionarte que, si comienzas una dieta cetogénica, es muy normal que padezcas “Keto Flu”. Este es el periodo de adaptación de tu cuerpo a la cetosis y puedes sentir síntomas como mareos o dolor de cabeza.

Si tienes dudas sobre la dieta cetogénica o cómo llevar una alimentación más saludable en la menopausia, escríbenos o pregúntanos en los comentarios.

Referencias

  • How to make the keto diet healthy | mayo clinic diet | Mayo Clinic.
  • Should you try the keto diet? (2020) Harvard Health.
  • Perlmutter, D. and Loberg, K. (2014) Cerebro de Pan. New York: Vintage Español.

Dieta Keto en la menopausia ¿Sí o no? | Dieta en la menopausia | Womanhood

6 comentarios

  • Montserrat el

    Hola, estoy interesada en la dieta Healthy keto pero no sé x dónde empezar ni cómo hacer un menú . Tienen algún listado de productos o menús??
    Gracias

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